jueves, 22 de noviembre de 2012

End of a Path...


Se acerca el final de una era. El final de una vida sin techo. Que nació como una vida sin tope mal redactada, y termino siendo una historia de errores, silencios y terrores.

Siento llegar el final de lo conocido. Del apostar a medias: mitad a la vida y mitad a vivir el miedo. Se acerca el final de vivir asi. Sin vida.

La "Vida sin Techo", fue un espacio y un tiempo de silencios negados. Porque me negue a asumir inclusive, que el terror me tenia presa del pànico, y a cambio de mis palabras, mi verdad y mi voluntad, me habia dejado postrantes silencios.

Y dejar un blog sin palabras, es como dejar a un cuerpo sin voz de voto. Es como ponerle una faja a la garganta. Y enconsertar forzosamente a todas las formas que cobran vida a traves de "la palabra", como si esta fuera el espacio de un tiempo y el tiempo que tiene un espacio para que la vida fluya, que no se estanque, se inflame, se explote, se pudra, y espante.

Espacio, tiempo, palabra y verdad. Un gran viaje hacia dentro.

Un viaje a un mundo intrauterino, donde los sonidos de todos los dias llegan amortiguados por muchisimas ideas amnioticas, algunas limpias, impolutas en su escencia, y otras sucias, de los perturbadas. Me intoxique de pasado y futuros "consecuentes". Infecte el presente de batallas de tiempos, sobre mi espacio que es mi propio cuerpo. Enmudeci de proceso. Y lentamente voy ascendiendo.

Porque ese  viaje termina. Quizas sin saber si es que en verdad, otro "viaje" empieza. Quizas, este cuerpito viajero, de nomadismo culturalmente impuesto, nos quiere mas que unas etapas de estabilidad en casa. Un llegar. Un soltar el pesado bolso-bariloche en el piso. Dejarque caiga, que sea estrpitoso, como la imagen final del llegar cansado, y a su vez renovado.. o tal vez directamente nuevo, reforzado.

Quizas es mi deseo que sea tiempo de llegar a casa, y sin llegar a cerrar la puerta, ya levantar la mirada hacia una puerta-ventana del tamaño de toda la pared, y ver una luz penetrante y liberadora  a traves de unas cortinas traslucidas.

Quizas es hora de soltar a la pequeña beba, que bien o mal disfrutada, ya esta perdida en tiempo eterno de los recuerdos emotivos, y recibir entre mis brazos, los brazos macizos de una niña con impronta, pletorica de luz que irradia desde su corazòn, siempre alegres.

Quizas sea hora de soltar al no-principe, con su no-corcel, con su no-reverencia, con su no-preteritoperfecto ni un-futuroincondicional. Y apropiarme de todas los desafios que me propuse al ser "adulta" (esa infancia con derechos ganados con el sudor de las responsabilidades y la fuerza de las sonrisas que salen del corazón), y asuma que no me eligio de una vez y para siempre. Que me eligio, que me dejo de elegir, que conocio otros mundos, y que no volvio, sino que lo invite, y acaricie sus miedos, con la certezas de mis sentimientos. Es hora de elegir darme cuenta que Dios me escucho, y que me dio el Amor que tanto quería: Uno amor apasionado, intenso, por el que tuviera que luchar y ponerme a prueba, y aunque sea el más complejo, que sea siempre cierto, que vivamos en verdad. Es hora de abrazar a mi gordito reelecto, de pasado imperfecto, presente voluntarioso, y futuro tan condicionado como desafíos nos esperen.

Quizás es hora de ver, que lo oscuro de túnel habita a mis espaldas, sin que pueda siquiera amenazarme. Y que me espera esa luz, de ese balcón, cada vez que llegue de la (quizás) Selva de la Calle.

Quizás no es mañana, si no hoy, el día de desacelerar la marcha, de tomar la actitud de quien ha bajado del micro de larga distancia y empieza a caminar en calzado bajo, relajado, hacia casa.

El cansancio pesa, el cuerpo duele, las cosas no funcionan bien... pero seguimos llegando.

No quizás. ES tiempo de despedirse sin nostalgias más que la de la alegría de lo que viene.Empieza a ser tiempo de despedirse, puesto que se agota el tiempo de estar llegando.

Falta poquito… ya casi llegamos




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